Aunque la escritora canadiense Alice Munro se ha decantado hace ya tiempo por el cuento como su género predilecto, ese en el que se mueve con verdadera destreza, también ha tenido sus coqueteos con la novela. Fruto de ese esplendoroso juego nació hace ya tiempo su segundo libro La vida de las mujeres. Y aunque estamos hablando del año 1971, ha sido ahora cuando ha visto la luz en castellano. Nunca es tarde si el libro, a pesar de los años, ha mantenido intacto el mensaje que subyace entre sus páginas: combatir todos esos convencionalismos sociales que tienden a limitar la libertad del ser humano para elegir, para ser. Desde el punto de vista de una joven que está en pleno aprendizaje vital, la autora insufla el aliento suficiente como para enfrentar una lucha que puede afectarnos a todos, pero quizás más particularmente a las mujeres. Son ellas las que más esfuerzo tienen que hacer para romper esos cánones que con el tiempo se han ido implantando socialmente.
Del Jordan, narradora de esta novela, recuerda parte de su infancia y adolescencia en Jubilee, un pueblo rural de Canadá, en la década de los años cuarenta. Ella nos va contando su diario avatar en el ámbito familiar, con los amigos y con los vecinos del pueblo. Del es una chica inteligente y aguda observadora de lo que acontece a su alrededor. De todo ello sabe sacar provecho en su proceso de evolución y aprendizaje. Admira a esa madre diferente y tenaz que rompe con las creencias religiosas, que es capaz de dejar la granja para vender enciclopedias, y que en su peculiar afectación no para de dar consejos a su hija. Compadece la poquedad del padre, un criador de zorros que prefiere vivir de espaldas a la familia, y siempre enfrascado en su mundo rural y campestre. Huye de las tías solteronas que no paran de criticar cualquier actitud renovadora y personal. Duda ante el fanatismo religioso del padre de una amiga, o ante el de su propia abuela que en un acto delirante gastó una fortuna comprando biblias. A Del se le irá revelando poco a poco la desilusión que supone seguir comulgando con esos valores que solo conducen a la mentira y la mediocridad. El descubrimiento de su vocación literaria, se convertirá en un camino más satisfactorio a nivel personal pero igualmente arriesgado. También están sus muy personales vivencias: el primer encuentro sexual, el amor adolescente tan mitificado, la entrada en la madurez.
Novela que en palabras de la propia autora, es autobiográfica en la forma, que no en los contenidos. Retrata un mundo que cabe en un pequeño pueblo, pero proyecta trascendencias realmente universales. Indispensable por su lenguaje minucioso y sugerente, de gran belleza y exquisita elegancia, Munro tiene una manera muy particular de volcarse en la narración de las circunstancias más cotidianas. Con tono intimista nos presenta unos personajes profundamente humanos, cargados de esperanza, pero también de desazón, que sienten y padecen, que podrían pasar por ser nuestros propios vecinos.
Historia que busca en la sencillez de las vidas corrientes, ese halo excepcional que distingue a las personas, que las lleva a pronunciarse contra las costumbres, o las sume en el pozo de la mezquindad. Este es uno de esos libros hermosos e intensos, que rebosan sabiduría, que buscan de una lectura reposada y profunda para llegar a disfrutar de la pasión por vivir. Munro es para el buen lector, simplemente imprescindible.
Alice Munro nació en 1931 en Wingham (Ontario), en el seno de una familia de granjeros y estudió en la Universidad de Western Ontario. Es autora de once colecciones de relatos, dos antologías y dos novelas. A lo largo de su destacada trayectoria ha recibido numerosos galardones, entre los que destacan los canadienses Governor General’s Award y Giller Prize, y los estadounidenses National Book Critics Circle Award y Lannan Literary Award, así como el prestigioso Man Booker International Prize, que le fue otorgado en 2009 por «la gran contribución de su obra al panorama literario mundial». Sus cuentos han aparecido en revistas como The New Yorker, Atlantic Monthly o The Paris Review. Los últimos años se ha convertido en una de las candidatas favoritas al Premio Nobel y al Príncipe de Asturias de las Letras.
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