martes, 29 de marzo de 2011

Carta de amor amargo .-

Porcuna, 29 de mayo de 1938

Querido Benito,

Espero que a la llegada de ésta te encuentres bien, nosotros todos bien gracias a Dios.  Benito de mi alma, no dejo de rezar por ti, para que no te pase nada.  Que si una bala se pierde, que no te dé a ti; pero que tampoco le dé a nadie, que bastantes muertos hemos tenido ya.  Desde que te llevaron para Madrid no hago más que llorar y llorar.  Ya sé que lo tuyo es más duro, que bastantes miedos y penares tienes tú ya que tener estando en el frente, pero es que nos acordamos mucho de ti hombre mío.  La Petra se está portando muy bien con nosotros, pues además de escribirme las cartas, me ha buscado un trabajo de planchadora por horas en casa de don Salvador, el médico.  Ojalá tú también encuentres un alma buena entre los de tu regimiento que te sepa leer mis cartas, porque sino andamos apañados. 

Cada vez que subo a la plaza de abastos, que son pocas, me paso a escondidas por la iglesia de Jesús y le pongo una velica a Santa Gema para que mire por ti, para que alumbre tu camino.  Espero que me escuche, pues es la única imagen que ha quedado entera.  Esta guerra no respeta ni a los santos.  Ay Benito de mi corazón lo que te echo de menos.  El otro día al salir de la iglesia me encontré con Faustino, el rojo, y no va y me dice el muy mameluco que los republicanos no rezan, y que si me pilla otra vez en las mismas, que me atenga a las consecuencias.  Pero yo le dije que ya no me dan miedo los del sindicato, que yo rezo por mi familia, por mis hijos y por mi marido.... Y de pronto, se me hizo un nudo y empecé a llorar como una tonta, que se me caían dos mocos como puños... Y ya no me salió más nada, pero lo justo que tenía que decir se lo dije.

Benito, aunque yo te cuente estas cosas, tú no sufras por nosotros que sabes que yo me apaño muy bien, y que según me ha dicho don Salvador, mientras esté en su casa trabajando, comida no nos va a faltar.  Su mujer todos los días me da una almorzada de patatas.  Es muy buena.  El otro día le tuve que llevar a la Purita a consulta, pues se me había puesto muy malica: estaba encendida en fiebre y no paraba de vomitar.  El médico me dijo que tenía empacho de almortas, así que me ordenó que no comiera más y que le diera un jarabe para la barriga.  Todavía no está bien del todo, pero ya va mejorando.

El que se nos está haciendo fuerte como un roble es el Emilio.  Para tener solo cinco añicos, está tan fuerte y guapo, como su padre.  Cada día que amanece pregunta por ti, y reclama que le tienes que traer una escopeta, que él también quiere pegar tiros.  Que lástima...  El chiquito parece vivir en otro mundo, solo quiere jugar.  A veces, cuando no me quito tu recuerdo de la cabeza, lo abrazo con todas mis fuerzas, y me imagino que eres tú a quien abrazo.  Entonces el niño se me queda mirando en silencio, como extrañado.  Es que nuestro hijo está sacando tu misma cara, el mismo hoyo en la barbilla, el mismo remolino indomable en la coronilla.  Yo diría que hasta va a ser más guapo que tú, y mira que eso ya es difícil.  La Consuelo, la del portal de abajo, me dice algunas veces que con lo fea que yo soy, cómo me casé con un hombre tan guapo, y cómo hemos tenido tres hijos tan garranpones.  Yo le digo que gracias a ti, que es por mi Benito, que todo en ti es belleza, por dentro y por fuera.

Y de la Amparito, qué te voy a contar, si a la chiquita ni siquiera la has conocido todavía.  Te arrancaron de mí dos semanas antes de que naciera, y si por mí fuera, ahora mismo me cogía la burra y me iba a buscarte para enseñártela, para que la besuquearas como yo lo hago.  Ayer fui a la casa del fotógrafo para ver por cuánto me salía una foto que te pudiera enviar, pero tal y como están las cosas, no podemos permitírnosla, si acaso más adelante.  Te diré que tu hija se parece mucho a su hermana, aunque bastante más delgada.  Acuérdate que la Purita se nos crió muy hermosa, como un lechón, pero ésta no se está criando igual.  Yo creo que es por la teta, que es lo único que le puedo dar.  Pero mi leche, por lo que se ve, ya no da para mucho.  Esta vida de penurias, me está vaciando hasta los pechos.  Ya no son lo que eran.  ¿Te acuerdas cuando nos conocimos y aprovechabas cualquier descuido para rozarme?.  Ay Benito, cuanto añoro esas caricias tuyas.

Hay noches que sueño contigo, y te tengo tan presente, que parece nos hemos estado comiendo a besos.  Me levanto soliviantada y ya no doy pie con bola en toda la mañana.  Tu cara la tengo delante a cada minuto, y ya lo mismo plancho torcida la raya de un pantalón, como que se me olvida almidonar las camisas del doctor.  Entonces saco tu foto que llevo siempre en el bolsillo del refajo, y la beso una, dos, y hasta diez veces.  Y maldigo esta guerra tan cruel que nos ha separado.  Con lo que nosotros nos queremos...

Contéstame pronto por favor, y dime que estás bien porque si no me voy a volver loca de tanto pensar.  Y si no encuentras a nadie que te escriba la carta, me haces dibujos, pero que yo sepa que estás vivo y que te acuerdas de nosotros. 

Benito mío, no puedo seguir contándote nada más pues la Petra me dice que no quiere que la pille la noche yendo para su casa.  Que hoy en día la oscuridad es amiga del daño, y que aunque vivamos en un pueblo, ya no se fía de nadie.

Recibe muchos besos y abrazos de estos que te quieren más que nadie: tu mujer y tus hijos.

Esta que lo es, la mujer que te espera.

Catalina.

5 comentarios:

  1. Ains, me ha gustado mucho esta carta, de verdad, es como si estuviera leyendo los sentimientos de Catalina y el sufrimiento de la espera; hace poco vi una serie de Televisión, "La Mari", que por el nombre, podría ser la historia de una seguidora de Ana Rosa, pero no, era un reflejo de lo que ha escrito. como te descuides te pillan de guionista para una peli española, con lo poco que les gusta hablar de la guerra, jaja. Bueno, un saludo, Benito, guapo, que ha quedado bien claro que eres guapísimo por dentro, por fuera, tienes un hoyuelo super sensual... menos mal que no has seguido, jajaj, que iba a parecer una página de contactos encubierta...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Benito, menudo escritor estás hecho y qué calladito lo tenías, me ha encantado, que lo sepas, esta tarde leí algunos y son geniales, pero este, este..... ains, me ha calao hondo. Por cierto soy Mati, jejejej ¿a que no te lo esperabas? Sigue escribiendo y yo seguiré leyendo a ratitos, ah y por cierto estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Antonio, guapísimo por dentro y por fuera que yo sí que lo sé jajaj.
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Que bueno. ¡Cuanto me gusto cuando te oí leerlo por primera vez!

    ResponderEliminar
  4. Antoñito que el del hoyuelo no era yo!! Eso sí muy parecido, pero no yo. Y por otro lado es que estoy muy sensibilizado con el tema de la guerra. A lo mejor un día se tercia y escribo un guión.
    Mati, me alegro te gusten las historias y más que te animes a escribir aquí. A ver si nos vemos y nos tomamos unas cañitas maja.
    Hola Xuan, he cambiado el tono en algunos párrafos, pero sigue igual. Oye, he visto tus haikus y son pura poesía.
    Un abrazo a todos.
    Benito.

    ResponderEliminar
  5. La de criaturas que dejas en el pueblo... pero no le lleves una escopeta al Emilio, que suficiente tenemos con lo que tenemos... llévale un pincel y que nos dibuje un desenlace mucho más bonito.

    ResponderEliminar